La adolescencia es un periodo determinante de la vida, el momento en que la identidad y la personalidad del individuo terminan de configurarse. El adolescente, necesitado de comprensión y razones, no acepta el "sí porque sí" o el "porque yo lo mando", de ahí que es muy importante basar nuestro sistema educativo en la escucha activa, la empatía y el seguimiento personalizado del alumno.
La metodología a emplear se ha de ajustar a las necesidades, capacidades y niveles de desarrollo de cada estudiante. No todos deben ser tratados ni exigidos en la misma medida.
Nuestra labor educativa tiene como meta facilitar la transición a la vida adulta.
Los estudiantes han de ser atendidos de manera individualizada y específica, ayudándoles con programas que aumentan su rendimiento y desarrollan todas sus capacidades. Se trata de mostrarles las capacidades que tienen, como trabajarlas y como desarrollar las habilidades particulares de cada uno.
Los nuevos métodos de enseñanza, persiguen esta formación completa del individuo.